Navidad, Año Nuevo y el período vacacional de verano son ideales para disfrutar en familia o con amigos, pero ciertos hábitos y costumbres de estas épocas pueden ser contraproducentes para la conducción.
Las altas temperaturas hacen que muchos conductores opten por manejar con ojotas o sandalias, lo que puede significar un riesgo extremo. Este tipo de calzado evita que toda la superficie de la suela tome contacto con el acelerador o el freno, lo cual obliga a realizar una presión extra al pie para accionar los mecanismos del vehículo y, además, no permite dosificar la presión sobre el pedal del acelerador o del freno. Por otro lado, esta forma de accionar los pedales puede hacer que el pie zafe al pedal y genere una reacción violenta de aceleración o desaceleración o frenado sobre el vehículo.
Hace unos meses este tema se puso nuevamente en escena cuando tres mujeres resultaron gravemente heridas luego de ser atropelladas mientras cruzaban una avenida en Lanús, en el Gran Buenos Aires. El conductor embistió a las personas porque se le enganchó la ojota en el pedal del acelerador y perdió el control de vehículo.
La noticia reabrió el debate, pero vino bien para reforzar una recomendación que CESVI repite todos los años: no es aconsejable manejar con ojotas porque el calzado puede engancharse en los pedales o deslizarse, lo que reduce el dominio del auto.
Si bien la mayoría de las provincias argentinas no tienen una ley específica que lo prohíba, en Mendoza sí está sancionado por ley (Ley 9024) y puede generar multas severas, al igual que en Córdoba se encuadra dentro de manejo seguro y distracción, con su correspondiente pena.
A la hora de realizar la tarea de conducir, los pies despliegan una serie de movimientos muy rápidos y precisos entre los pedales del auto que presentan ciertos requisitos. Uno de ellos es poseer una correcta postura de manejo y el calzado está íntimamente ligado a este punto.
Una práctica no recomendable y peligrosa que aparece en el verano es la de conducir sin calzado. De este modo, el pie no tiene la suficiente adherencia a los pedales (especialmente, cuando está mojado o transpirado) y tampoco tiene buen agarre, es decir, la pisada se deforma más fácilmente ante la maniobra brusca lo cual puede hacer que el pie patine del freno. Asimismo, esta situación empeora si se debe accionar el freno en un momento crítico. Además, al momento de producirse un impacto, el calzado puede evitar lesiones en posibles roces contra elementos de chapa o plástico del interior de la carrocería.
Otro factor de riesgo está directamente relacionado con una costumbre puramente argentina: el mate. Aunque la Ley Nacional de Tránsito no lo prohíba explícitamente en la conducción, en Mendoza y Córdoba es considerado falta grave e implica una multa severa.
Desde CESVI ARGENTINA advertimos que tomar mate mientras se conduce implica una distracción riesgosa ya que consume atención y requiere utilizar ambas manos. Por eso se recomienda aprovechar las pausas seguras de descanso para disfrutar de esta infusión.
La actividad exige recursos cognitivos y puede derivar en siniestros, incluso fatales, por la manipulación del termo y el riesgo de derrames de agua caliente.
Cebar mate, aunque parezca automático, desvía recursos mentales de la conducción. Además, la Ley Nacional de Tránsito exige tener ambas manos en el volante.
Recomendaciones para disfrutar sin riesgos
Otras situaciones típicas de este período que puede ponernos en riesgo: